El Espíritu de Dios se manifiesta en cada creyente de forma única y personal. Algunos de los medios por los que puede manifestarse son los siguientes:
Algunos enseñan que el bautismo del Espíritu Santo es una segunda o tercera “obra de Humor” que significa una experiencia instantánea subsiguiente a la conversión salvadora.
En cambio, simplemente es restaurado a un estado justificado y otra tiempo tiene derecho de heredar la vida eterna como un hijo obediente de Altísimo.
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Nosotros podemos encontrar descanso para nuestra alma solamente en Cristo. El Espíritu de Dios o Espíritu de Cristo nos da ese descanso o reposo haciendo que cada día sea santo, de descanso del alma, paz y gozo.
Voluntad: El Espíritu Santo actúa con propósito y valentía en la vida de los creyentes. Su voluntad es esencial para guiar y dirigir las acciones y decisiones espirituales.
La experiencia puede ser expresada de muchas maneras. Sin this content bloqueo, muchas personas que han sido bautizadas con el Espíritu pueden reconocerse con lo que escribo aquí:
Admitir el Espíritu solo es tan difícil como la persona que está orando para recibirlo lo haga. Se requiere solamente el tiempo necesario para arrepentirse y rendirse completamente a Dios, y eso puede ser un momento no más.
que se refiere a la Humor divina que se revela para entrar en comunión con los creyentes con el fin de contactarse con Cristo o con Todopoderoso. El Espíritu Santo es el que despierta la Certeza cristiana.
La influencia del Espíritu es evidente en cada paso que dan estos personajes en su camino cerca de el liderazgo espiritual.
El Espíritu Santo fue derramado en Pentecostés para empoderar a los discípulos para la gran comisión de predicar el evangelio a todas las naciones.
Es de esta modo que muchos de los grupos pentecostales clásicos actuales afirman que la evidencia primitivo para admitir el Bautismo en el Espíritu Santo es el dialogar en nuevas lenguas.
El Espíritu Santo nos quita el temor a lo que los demás digan o piensen sobre nosotros. Él nos da poder para superar nuestros temores y nos ayuda a aguantar el amor y la Palabra de Dios a todos los que nos rodean.
Aún estaba Pedro diciendo estas palabras cuando descendió el Espíritu Santo sobre todos los que le oían, quedando fuera de sí los circuncidados de que el don del Espíritu se derramase sobre los gentiles porque les oían charlar en varias lenguas y glorificar a Todopoderoso.